Machado’s work has its genesis in the study of the first Cuban landscape painters, at the time that they were a Caribbean expression of the European academy. Machado studied rural landscapes with Esteban Chartrand, Valentín Sanz Carta, Federico Américo, Miguel Arias, Federico Fernández Cavada, Gonzalo Escalante, Leopoldo Romañach and Armando Menocal.

He makes universal references in technique, color and light to the Hudson River School with Albert Bierstadt, as well as European marine and landscape designers such as Dominic Serres, Willian Turner, John Constable, Iván Aivazovsky, Iván Shishkin and Ilya Repin. The work then takes on a personal style using Caribbean landscapes as a stage from which to tell a story. His works then become a testimony of life where the recurring theme is migration from a humanist and Martí vision, an escape from life´s disagreements, and adversities as well as the need to migrate–whatever the consequences, be they spiritual, the pain of distance and longing; always maintaining Cuban culture and spirit intact.

Machado has participated in over 50 group exhibitions and 39 solo exhibitions since his public career began in the year 2000. He currently paints from his home in Quito, Ecuador.

Su obra tiene su génesis en el estudio de los primeros paisajistas cubanos, entonces expresión caribeña de la academia europea. Machado estudió el paisaje rural con Esteban Chartrand, Valentín Sanz Carta, Federico Américo, Miguel Arias, Federico Fernández Cavada, Gonzalo Escalante, Leopoldo Romañach y Armando Menocal. Hace referencias universales en técnica, color y luz a la Escuela del Río Hudson con Albert Bierstadt, así como a paisajistas y marinos europeos como Dominic Serres, Willian Turner, John Constable, Iván Aivazovsky, Iván Shishkin e Ilya Repin. La obra adquiere entonces un estilo personal utilizando los paisajes caribeños como escenario desde el que contar una historia. Sus obras se convierten entonces en un testimonio de vida donde el tema recurrente es la emigración desde una visión humanista y martiana, una huida de los desencuentros de la vida, de las adversidades, así como de la necesidad de emigrar, sean cuales sean las consecuencias, ya sean espirituales, el dolor de la distancia y la añoranza; pero siempre manteniendo intacta la cultura y el espíritu cubanos.